MARRUECOSAVENTURA

Se puede decir perfectamente, que la “Gran Mezquita de Hassan II”, es una de las maravillas de esta era, se agotarían los calificativos intentando describirla, tanto su interior como exterior.

Se encuentra situada en la ciudad de Casablanca, concretamente en el Boulevard Sidi Mohammed Ben Abdallah (dirección Aïn Diab). Su ubicación sobre el agua (península artificial) se debe a que Hassan II (el anterior monarca) se inspiró en el siguiente versículo del Corán que reza: "El trono de dios se construirá sobre las olas".

La “Gran Mezquita Hassan II” se alza impresionante sobre Casablanca pudiéndose observar desde todos los puntos de la ciudad, siendo el templo musulmán más alto de la tierra (su minarete alcanza los 200 m de altitud), y el segundo más grande en dimensión y capacidad (después de La Meca).

La designación de Casablanca como sitio de construcción fue decidida por el rey Hassan II, ya que, según sus palabras, la capital del poder económico debía de poseer un emblema que la distinguiera sobre las demás poblaciones del país.

Esta es, de las pocas mezquitas del mundo que permite la visita a los turistas no musulmanes (bajo pago de 120 dh. la visita guiada).

Diseñada por el arquitecto francés Michel Pinseau, su construcción comenzó en 1985 y fue inaugurada en 1993 coincidiendo con el día del nacimiento del profeta Mohammed. En las labores de edificación trabajaron unas 2.500 personas y 10.000 artesanos, en la que se emplearon materiales como mármol, granito, madera, mosaicos, escayola... para elaborar techos, suelos, columnas, etc... En ella, también se han utilizado las últimas tecnologías, por ejemplo resistencia a terremotos, techo corredizo que se abre automáticamente, suelo con calefacción y puertas hidráulicas. Además la mezquita, dispone de una medersa (escuela coránica), salas de conferencia, hammans, biblioteca y un parking subterráneo.

El coste aproximado de la mezquita, por aquel entonces, fue de unos 505 millones de euros, motivo por el que su construcción fue criticada por ciertos sectores de la sociedad marroquí, por su elevado coste. A esto se unió también, la demolición de las viviendas que se encontraban en el lugar elegido (barrio desfavorecido), ya que sus propietarios no recibieron compensación alguna.

La financiación de la obra fue por subscripción pública, el resto fue aportado por empresas, particulares y por el Tesoro Real.

En conjunto, posee un aforo aproximado de más de 100.000 creyentes, unos 80.000 en el patio exterior y 25.000 en su interior.

Desde lo alto de su minarete, por las noches se proyecta un láser que muestra la dirección hacia La Meca, pudiéndose observar desde varios kilómetros a la redonda.

Es muy recomendable su visita.